Lo que comemos importa, y mucho. La boca es el primer eslabón del proceso digestivo y lo que comemos influye considerablemente en nuestra salud oral. Por eso, cuidar nuestra alimentación es esencial para tener una buena salud bucodental.
Incluir determinados alimentos en la dieta diaria y excluir otros puede protegerte de ciertas enfermedades bucodentales y además aliviar molestias cuando te has realizado algún tratamiento dental. Veamos algunos de los más eficaces.
Alimentos beneficiosos para la salud bucodental
Entre los alimentos que aportan beneficios para la salud dental se pueden destacar:
- Frutas y verduras: Son alimentos que facilitan la eliminación de la placa bacteriana y los restos que hayan podido quedar adheridos a los dientes al potenciar la producción de saliva. Entre ellos podemos destacar la manzana, la pera, la sandía, el kiwi, la fresa, la zanahoria, el rábano o el apio. Además, uvas y limones son blanqueadores naturales.
- Alimentos con fósforo: los alimentos ricos en fósforo son fundamentales para la estructura de los dientes. Leche y derivados, huevos, pescado, legumbres o nueces protegen y remineralizan los dientes.
- Chicles con xilitol y sin azúcar: No se puede abusar, pero favorecen la limpieza de los dientes.
- Alimentos ricos en fibra: como los cereales integrales y las legumbres, que al exigir mayor esfuerzo de masticación promueven la producción de saliva.
- Alimentos sin color: como el arroz o las carnes y pescados blancos, que al no contener pigmentos no tiñen los dientes.
Alimentos perjudiciales para la salud bucodental
Por otro lado, hay alimentos que no son nada buenos para los dientes, estos pueden crear manchas, provocar caries e incluso dañar el esmalte de forma permanente.
- Caramelos duros y alimentos pegajosos: la continua exposición al azúcar favorece la aparición de caries. Los caramelos y otras golosinas además pueden provocar fracturas en los dientes o dañarlos. En el caso de los alimentos pegajosos, es muy importante lavarse los dientes tras comerlos y usar hilo dental para eliminar posibles restos.
- Café, té, vino, algunas salsas (como soja o vinagre de Módena): tiñen los dientes. Por eso es muy importante cepillarse los dientes tras tomarlos o al menos enjuagarse la boca con agua.
- Hielo: Masticar sustancias duras y frías puede dañar el esmalte.
- Alimentos crujientes: patatas fritas o frutos secos quedan atrapados en los dientes, acumulando placa.
- Bebidas carbonatadas: son ácidos que atacan el esmalte.
- Alimentos ácidos: deterioran el esmalte favoreciendo las caries y pueden irritar algunas heridas en la boca, como las llagas.
- Alcohol: En exceso, deshidrata y seca la boca, lo que puede provocar que el flujo de saliva se reduzca, fomentando la aparición de infecciones orales y de la caries.
